Tras esta breve pausa estival prosigo con los recuerdos y voy a meterme de lleno con dos de los músicos que estuvieron en mis comienzos y con los que a lo largo de los años he mantenido el contacto. De hecho sigo haciendo cosas con ellos, me han influido muchísimo tanto en lo personal como en lo profesional y con ellos he girado por toda España durante unos 25 años, tienen mucho que ver con mi sonido y manera de tocar. Ellos son Malcolm Scarpa y Tonky de la Peña. Dos personajes absolutamente diferentes a todos los niveles como pude comprobar el día que los presenté. De alguna manera sé que he calado en ellos y me aprecian. A lo largo de los años la convivencia, el desgaste, malos detalles, mal trato económico, me hizo dejar a Tonky. También esto se daba, a veces, debido a mi cabezonería y en ocasiones, las menos, mal carácter. Pienso que Tonky, así se lo he dicho varias veces, no supo dirigirnos y alguna clase de ego o avidez mandó todo al traste. Actualmente soy menos cabezota y mi forma de ser es más tranquila (excepto con Xulián Freire ya que pienso que va a ser de lo mejor y me enfado con él cuando se equivoca, si no le apreciara no le «regañaría»). Veo la labor de Tonky y aparte de que ahora sus repartos son más justos, su trabajo en el Blues madrileño y por extensión el Blues Nacional es de lo más completo y variado. Modestia aparte, creo que con solo mi trabajo inacabado «Blues con los colegas» y en otro plano los sellos Cambayá, Gaztelupeko y determinados festivales, hemos aportado al conjunto de nuestro blues algo de igual valía y peso. En definitiva Tonky es un personaje clave e importantísimo en el Blues Español (si es que tal término existe), su inteligencia, valor, destreza como músico, como negociador, maestro……… sabed que cuando la Tonky Blues Band no suena demasiado bien es porque la integran futuros músicos que nos darán cientos o miles de excelentes solos y noches de Blues. Por estas cosas y otras más considero que le debemos mucho a Tonky. Seguimos en activo y empieza otra década (para mi va así de 1980 en adelante) así que es posible que le vayamos debiendo cada vez más.
Con Malcolm la historia es muy diferente aunque el final se parece. Lo conozco bastante antes que a Tonky. Con Malcolm no he discutido jamás y eso que he tocado y convivido muchísimo más que con Tonky, para ser exactos 30 años y para ser exactos solo hubo un roce que no llegó a ser discusión. Hace un porrón de años llegó Malcolm con «la regla» (lo llamo así cuando para tocar sin ganas Blues, que se debe interpretar de todo corazón, cambia el repertorio y empieza a improvisar y hacer cosas muy raras que o bien son alucinantes y buenísimas o es para apedrearlo). Para mí Malcolm es un genio y el cantante mejor y más personal de Blues que tenemos. Se ve que ese día era importante por alguna razón (sitio nuevo, alguien entre el público, futuro trabajo, etc…) así que le eché una mirada de las que matan sin que el público se diera cuenta. Discretamente se me acercó y me dijo: » una mirada así más y se acaba esto para siempre». Sabiendo yo porqué cantaba así y comprendiéndolo, le dije: «Ya tío, perdona, pero es que precisamente hoy tal y cual» (disculpad, no me acuerdo qué pasaba, para que veáis que a veces algo profundo se puede joder por una jilipollez). Como cada vez que pido disculpas fui sincero y el muy cabrito empezó un viejo tema del metro. A partir de ahí pegamos el clásico bolo cojonudo de los Jokers en sus mejores tiempos. Problemas de salud y ver como se lo lleva gente sin talento y sin voz ha hecho que Malcolm acabe pasando de casi todo, es difícil ilusionarle, ya se ha desilusionado demasiadas veces. Una inteligencia enorme y mil motivos que no considero que deba decir aquí, hacen que actualmente sea difícil escuchar a, en mi opinión (en este caso ni humilde ni altivo o soberbio, simplemente sé de que hablo) al más personal y auténtico cantante de Blues que tenemos. Preguntad a Adrián Costa, Xulián Freire y gente así. No por su persona sino por su sonido y estilo (absolutamente autodidacta), va a días, puede aburrirte si lo ves por primera vez un día con «la regla». Es un Bluesman de la mayor calidad que tenemos, no copia un tema o un solo, realmente interpreta ese tema como él lo siente y lo percibe y aunque se vea claramente qué canción es, nunca te das cuenta enseguida y sigue siendo Blues. Por otro lado comprendo a la persona que no le guste, haga lo que haga incluso en sus mejores noches. Yo tengo el máximo respeto por las personas que suben a un escenario y dan su arte, los músicos vocacionales nos hemos tirado al vacío y no sabemos si caeremos de pie o de cabeza. Para muchas personas la música es algo que utilizan para entretenerse y divertirse, no quieren oir cosas con un calado tal que pueda deprimirte o dejarte el resto del día pensativo. Aprovecho para decir que adoro el cante hondo, el que es necesidad vital para su intérprete, el que sale del corazón, el que en espíritu es idéntico al deep Blues. No se parecen en nada si vemos sus estructuras, para alguien como yo que no entiende de estructuras está CLARISIMO que lo que pone la persona al gritar, airear, cantar, expresar sus duquelas sale del mismo sitio y está provocado por la misma esencia que el más auténtico de los Blues cuando es interpretado con todo lo que hay dentro. Tío Gregorio “El Borrico”, Ana Blanco «La Piriñaca», Pepe el de la Matrona, Juan Talegas, los Agujetas padre e hijo, María «La Perrata», su hijo Juan «El Lebrijano», Menese, Terremoto, Sordera, Fernanda y Bernarda, Caracol y un larguísimo etcétera son nuestros Big Bill Broonzy, Robert Johnson, Sonny «Boy» I y II, Luther «Snake» Johnson, en fin, para mí es algo fuera de duda, el Blues es más universal y asequible para un músico y aunque en forma no se asemejan, ni en el blanco de los ojos, en evolución, causas, intérpretes, palos y mil cosas más, son realmente música, la que no se puede escribir, son más que parecidos, son hermanos gemelos. Desde aquí expreso mi respeto y afición al buen cante «jondo» que es mucho y genial.
Debía ser 1983 o 1984 y ya estaba completamente inmerso en la música y con Malcolm tenía un repertorio amplio y cuajado y siempre tenía mi espacio en las jam de Whisky David. Un domingo sonó el teléfono en casa. Era Santiago, un armonicista del que no recuerdo su apellido. Tenía muy buen sonido y el caso es que me dijo que estaba a dúo con un guitarrista cantante en el «Hotel California», un garito pequeñito que luego se llamó «La Pluma» y al ser domingo no podía comprar una armónica para tocar en La. Esta armónica es de las más usadas debido a que es un tono muy cómodo y con muchos recursos en la guitarra (el acorde La mayor pilla en medio del mástil, de esta manera se dispone de las octavas más altas y las bajas a la misma distancia) y se ve que está próximo a la media de la voz humana ya que los cantantes-guitarristas suelen mostrar predilección por este tono y lo utilizan mucho. Por cierto, es el famoso «440», la referencia de la afinación universal. Los «silbatos» y diapasones para afinar instrumentos que solo dan una nota dan ésta, La a 440. El caso es que me pedía que se la acercara y por supuesto que la «blues conexión» conmigo funciona (si está en mi mano), siempre es importante ser un buen compañero, hoy por ti y mañana por mi. Me presenté allí y vi que con Santiago tocaba un tipo mucho mayor que nosotros al que yo había visto ya en las Jam de Whisky David. Se trataba de Tonky de la Peña. Ellos tocaron y al final me sacó para tocar un tema con él. Salí y al instante, como luego decía Tonky, «se me levantaron las orejas”.
Tenía el embrión de la banda y con Ñaco cobró forma». El caso es que desplacé a Santiago (lo siento) ya que al día siguiente me llamó para tocar ese mismo martes en La Coquette. Fui integrante de la primera formación de la Tonky Blues Band (TBB). Un día hablando con Steve Jordan me dijo que habían hecho una actuación a trío como TBB antes de mi reclutamiento. Esa banda éramos: Steve Jordan a la batería y con nosotros se tenía que llamar Bill Hilly ya que entonces era el “batera” de Los Secretos y no podía usar su nombre con nosotros. Al bajo estaba Javier (no recuerdo su apellido solo que era muy buen músico y una persona muy agradable, hice muy buenas migas con él), un músico de Burgos que apenas estuvo un año con nosotros antes de que lo sustituyera José Luis Martín «Josele», el autentico bajista de TBB. Tocaba con los Chunguitos y no había escuchado prácticamente nada de blues, como era un gran músico este hecho nos dio una fuerte personalidad ya que tocaba a su manera los blues. Le decíamos «Gipsy Sound». Por último estábamos Tonky y yo. Hubo pocos cambios y sustituciones hasta que llegamos a una formación que a mi gusto fue la mejor de todas las TBB y por extensión una de las bandas que ha tenido Madrid en lo que a blues se refiere y esto vale incluso a día de hoy. Éramos una apisonadora y había muy buen rollo entre nosotros. Josele al bajo, Pancho Company a la batería, Francisco Simón a la segunda guitarra, Tonky y yo. Con esta banda inauguramos multitud de festivales, abrimos muchos bares al circuito y popularizamos bastante el blues en Madrid. Abrimos brecha y fuimos imitados por las bandas que entonces empezaban. Muchas veces Tonky venía un poco vago y se limitaba a hacer unas ritmicas y pasarme todos los solos. Yo siempre tengo ganas de tocar o si no es así me las provoco así que en un par de temas estoy caliente. Debo estar enfermo: hoy por hoy sigo igual, cada vez me gusta más tocar. Luego Tonky se sorprendía que el público me aplaudiera más o en general me tuviera más cariño que a él por lo que llegó a tenerme un poco de pelusilla. En serio, esto hacía que se pusiera muy mandón en el escenario para que todos vieran que era el que mandaba, por supuesto produciendo el efecto contrario a lo que deseaba. En los últimos tiempos era bastante tirano y empezó a pagar muy mal, de esta manera se fueron Simón y Pancho y a los pocos días Josele y yo. Siempre le he hecho responsable de la disolución de esta formación, una autentica pena. En la actualidad Tonky y yo nos llevamos muy bien y yo le quiero mucho, de corazón.
No he hablado apenas de TBB ya que el tiempo que estuve fue muy intenso y está plagado de anécdotas. En la próxima entrega seguiré con esta formación pero antes esperaré a que Tonky lo lea y la próxima la escribiré con él, si así lo desea, y trataré de hacer un video como el que hicimos de Whisky David. Hasta entonces os deseo mucha suerte, salud y que seáis lo más felices posible.
Eres fabuloso.Tienes mano para contar y escribir historias.
Un abrazo y suerte. Lo difundiré
Que grande, pero que grande, normal que para mí ñaco sea el puto diablo….
Gracias ñaco por compartir estos momentos con nosotros y gracias a la taberna del blues por facilitárnoslo…..
Esperando la siguiente…
Un abrazo.