Leí en algo en Spotify que decía que la escena del Blues en España permanece oculta a ojos del gran público y… no sé qué me ha pasado pero me ha molestado.

Estoy retirada de la escena bluesera. Atrás quedaron los kilómetros para ir de festival en festival; los encuentros con la gente del foro y los músicos; las noches eternas y la música lejana pero conservo algunas viejas amistades así que hablando antes con Chema se agolparon millones de recuerdos (e intensas sensaciones) en mi cabeza y en mi estómago (la vieja historia de siempre: si no lo notas en el estómago no es Blues). Chema y yo hablamos de vez en cuando -cosa que siempre me alegra muchísimo-  pero en esta ocasión noté como si algo me transportara a esa época que transformó mi vida para siempre.

Últimamente he recibido algunas llamadas que han despertado a la bestia esa llamada Ladyblues y creo que me he sentido algo abrumada por la irrupción del pasado de forma tan abrupta en una vida que nada tiene que ver en la actualidad.

Al lío:

Hay una especie de revival bluesero que me tiene absolutamente fascinada. Festivales desaparecidos que resurgen de sus cenizas con las mismas caras al frente y hasta más energía; nuevos festivales; festivales que se mueven de ciudad pero lo petan… ¿Qué cojones está pasando con el Blues en España? Spotify ponte al día porque algo se está moviendo y tu algoritmo no se está enterando y yo tampoco. Tanta motomami y tanto reel en Instagram nos tienen despistados. Podría tratarse de nostalgia o de una crisis de década o podría tratarse de uno más de esos momentos cíclicos que estamos condenados a repetir como errores en la historia o en Matrix.

Tengo que confesar que en el momento que cerramos La Taberna dejé de prestar atención a las bandas nacionales salvo algunas excepciones, por supuesto. Y también dejé de prestar atención a nada posterior a 1970. De hecho creo que hasta me dio más por el Soul.

En estos tiempos de hipocresía extrema, buenrrollismo-basura y demás mierdas a las que no le encuentro sentido creo que sería impensable lanzarse a encendidos debates sobre el blanco o el negro. De hecho ¿Sería posible una Taberna sin un par de denuncias al mes? así que aquí estoy: llamando a la puerta del Infierno y estampando mi guante retador en el jeto de mi socio y sin embargo amigo.

Siempre he creído que el Blues necesitaba tener un punto rabioso (para bien y para mal). Un género musical con ese origen tiene que tener, en la actualidad, algo tan humano y tan irracional dentro que reviente al gran público, al pequeño público y a cualquiera que pase cerca de su onda expansiva.

Decidí que si la escena del Blues en España permanece oculta al gran público -además de porque el gran público jamás se ha interesado por el Blues– quizá es porque no hay nada contradictorio, crítico o fuera de lugar ni… jodidamente rabioso y también que si hay un revival (del que con esta entrada me hago partícipe) tiene bastante sentido porque vivimos una época muy turbia de crisis y depresión. Quiero pensar que de esto podría resurgir un blues desgarrado, rudo y algo sucio… a ratos lleno de sarcasmo o ironía e incluso de momentos realmente divertidos.

Mabel «ladyblues».