El blues español está de luto. Ha fallecido Jesús Palomares guitarrista de una de las primeras bandas de blues en nuestro país, la Algecira Blues Express. Manuel de Arcos, armonicista en aquella mítica banda y actualmente en activo con Pure Tones y Pepe Delgado & La Reunión de Blues ha escrito estas emotivas palabras en recuerdo de su antiguo compañero y que a continuación reproducimos.
Hace un par de semanas me llamó Alejandro (Alex Guitar) desde Algeciras para hacerme saber que Jesús Palomares, querido compañero de la Algeciras Blues Express, se encontraba muy mal. Al parecer alguno de sus hijos se lo había encontrado inmóvil en su casa y trasladado al hospital le habían detectado un cáncer de colon que rápidamente se habia extendido al higado y pulmones. Como quiera que su cuerpo no podía aguantar tan siquiera el tratamiento de quimioterapia que intentaron aplicarle, lo dejaron irse poco a poco sedado para soportar el dolor. Pude hablar con su familia un par de veces y ya el viernes su mujer me comunicó que el fatal desenlace era cuestión de horas, así que cuando este pasado domingo 13, justo echando un pitillo en el descanso entre pase y pase de un concierto de los Pure Tones, me sonó el móvil con el nombre de Pedro Marcet, bajista del grupo, ya supe que la vida de Jesús se había extinguido. Con gran emoción le dedicamos la segunda parte del concierto. Al día siguiente asistí a un funeral que congregó a una gran cantidad de gente que le quería (muchos aún no se han enterado de la triste noticia) y tras las palabras del cura, familiares y amigos, ya despidiendo el acto, Alex cogió su guitarra National e interpretó su particular versión instrumental al slide del Cypress Grove que dejó a los presentes mudos, corazón encogido y ojos vidriosos.
Jesús era una de esas personas que te daba todo a cambio de nada. Siempre afable y optimista, te hacía sentirte feliz cuando estabas en su compañía. Nunca le vi un mal gesto hacia nadie y creo que todos los que tuvimos la suerte de conocerlo lo vamos a echar mucho de menos. Natural de Cuenca y afincado en Algeciras, echó raíces en la ciudad del sur dejando una maravillosa esposa y tres estupendos hijos que no dejaron de acompañarlo con amor hasta el final. Tenía 57 años.
Como músico nos dejó el recuerdo de su sentida guitarra rítmica en el disco que la banda grabó para Cambaya en el 90 y su solo en el Thrill is Gone tras la intro de Alex y justo antes de la armónica. Tras la disolución de la banda continuó tocando con sus colegas hasta sus últimos días ya que siempre se consideró un bluesman y a fe mía que lo era. Hasta hace pocos años regentó un bar de copas que desgraciadamente nunca conocí, donde dicen que bastaba que llegara un músico con ganas de tocar para sacar su guitarra y formar un sarao hasta la madrugada. Muchas son las anécdotas y recuerdos de los buenos momentos que pasé con él que me vienen a la cabeza en estos días y es que vida tenemos una sólo una y el haber compartido un trozo con él ha sido realmente fantástico y ciertamente cojonudo.