f67366xinzr2.jpg

Muchos bluesmen, a lo largo de la historia, construyeron su reputación en Chicago, Saint Louis o Memphis, pero en el delta del Mississippi el blues siempre se mantenía vivo conservando su tradición ancestral. Este fue el caso de Roosevelt Melvin “Booba” Barnes que a pesar de más de una incursión al norte fue adquiriendo notoriedad en su sur natal aunque únicamente dejó un disco como ejemplo de su música. Murió con 59 años y esa grabación se llama “HEART BROKEN MAN” (Rooster R2623), testimonio que reúne la tradición del delta electrificada y profunda.
“Booba” nació en Longwood, Mississippi, el 25 de septiembre de 1936. Cuando tenía 8 años su hermano mayor le regaló un juguete que era una armónica de plástico y un hombre orquesta de aquella zona, llamado Louis Nickerson, le dio unos conceptos elementales de “soplido” para así, con 16 años, estar tocando la armónica con una banda que incluía a su hermanastro y otros músicos. El apodo de “Booba”, pronunciar “Booby”, le vino de su hermano que decía que sonaba peor que una “booby trap”, una bomba trampa (juego de palabras bastante horrible). Los “juke joint” del delta, con el público bebiendo whiskey de maiz y jugando a las cartas eran testigos de su blues, y mucha gente de Arkansas se desplazaba a verles actuar, llegaban el viernes, dormían en el campo y regresaban a sus casas el domingo por la mañana.
Los clubs de Nelson Street en Greenville fueron bien pateados por Barnes que de ese modo se fue labrando una pequeña reputación en el circuito, tocando con bandas locales como las de Charlie Booker, Bill Wallace o los Jones Brothers. Su repertorio se componía esencialmente de temas de B.B. King. Y con 22 años decidió irse a Saint Louis donde uno de sus hermanos estaba tocando blues. Era 1958 y en esos años la escena del blues estaba dominada por Albert King y Little Milton, que también se ha había recorrido los bares y tabernas de Greenville, y a veces les solicitaba poder tocar con ellos. Sin embargo Barnes quería imponer su propio estilo, un estilo que le salía de lo más profundo de su corazón y del impacto que le causó Howlin’ Wolf. Un tanto decepcionado regresó a Greenville para retomar la armónica como su instrumento principal. Trabajó con la banda del guitarrista Smokey Wilson, que actualmente vive en Los ?ngeles y acabaría formando su propio grupo, los Swinging Gold Coasters. En un club de Rolling Fork, el Gold Coast Inn, tocaba con esta banda y llegó a casarse con la hija del dueño. La fuente de inspiración de su estilo con la armónica fueron Little Walter y Jimmy Reed. Las crónicas dicen que en un bolo de Little Walter en Indiana, “Booba” tuvo la oportunidad de salir y tocar la armónica junto a su ídolo. Al final de la actuación Barnes se jactaba de que Little Walter iba diciendo a la audiencia que él era su hijo. En cuanto a la guitarra, era obvio el impacto que le causó Little Milton, aunque sin lugar a dudas, su héroe, su ejemplo a imitar, fue Howlin’ Wolf. “Booba” procuraba recordarlo: “Cada vez que venía a Greenville yo hacía todo lo posible por ir a verle. Era la persona a la que yo intentaba imitar siempre. Me sentaba y tocaba con él. También él me admiraba, decía que yo era Little Wolf” Existiera o no un poco de autobombo en las declaraciones de “Booba”, bien cierto es que aprendió de su mentor muchas de sus trucos en el escenario, sus acrobacias o la manera de agarrar el micrófono.
En los años 60 deshizo su banda en Greenville y viajó a Chicago donde estuvo tocando con los Jone Brothers llegando a realizar una grabación con ellos, disco que jamás vería la luz. Y no sería hasta unos 15 años más tarde que no volvería a entrar en un estudio de grabación. En 1971 regresó una vez más a Mississippi y continuó dejando su blues por la calle Nelson. Allí se juntaría con gente como T-Model Ford, Frank Frost u Otis Taylor, a veces tocando todos juntos en el mismo local. Clubs de Greenville como el Flowing Fountain, Lucille’s, The Dugout y muchos más. La idea original de Barnes, que ya estaba intentando llevar a cabo en Saint Louis, era hacer su propia música y fue en ese momento cuando empezó a reclutar jóvenes para su incipiente banda, músicos como el hijo de Otis Taylor (Terry a la batería) o el bajo de James Earl Franklin, hijo de Joseph Franklin. Este fue el origen de los Playboys.
Algo decisivo para su carrera fue otra decisión importante que tomó. Estaba trabajando como camarero y músico en el Flowing Fountain y pensó que si podía hacer eso para otro también podía hacerlo para sí mismo. Dicho y hecho, montó el club Playboy en el número 928 de Nelson Street y poco a poco se fue haciendo un nombre y construyéndose una fama legendaria en el circuito del blues del Delta como “Booba” Barnes & The Playboys. En 1982 el productor francés Bertrand Tavernier se trasladó a Greenville a hacer un documental, allí entró en contacto con Barnes y firmaron un contrato tal que apareció en la película con el nombre de “Roosevelt Barnes & His Blues Cohort” así como que tres temas en directo aparecieron en el album “Mississippi Blues” de Milan Records que se publicó en Francia en 1984. El club Playboy continuó su cada vez mayor impacto a nivel incluso internacional, con artículos sobre Barnes y su garito publicados en Europa. Sin embargo………. “Booba” Barnes tenía una espinita clavada. Su ahora mayor deseo era grabar al menos un single. Y el sueño se cumplió gracias a Jim O’Neal, fundador y propietario de Rooster Records amén de fundador de la revista Living Chicago Blues, que además realizó la primera grabación de un artista de blues de Mississippi. El album fue producido por Roosevelt “Booba” Barnes y Jim O’Neal y se llamó “Heart Broken Man”. Además un disco sencillo se publicó con estas dos canciones “How Long This Must Go On” y “Going Back Home” que se vendieron principalmente en los juke-boxes de muchos garitos del Delta así como a la clientela del club de Barnes (¿os suena algo extraño esto?). El personal que grabó este disco esta formado por Roosevelt a la guitarra, armónica y voz, el bajo lo compartieron James Earl Franklin y Willie Miller, la batería fue la de Terry Taylor y hubo en un tema la colaboración especial de T-Model Ford.
“Heart Broken Man” se compone de once canciones. La que abre el disco es composición de Barnes, “How Long This Must Go On”, con su guitarra eléctrica reproduciendo el sonido delta blues con algo de grasa machacona. El tercer tema “Ain’t Going To Worry About Tomorrow”, es un blues lento, algo arrastrado y que en algún momento me recuerda vagamente a S. R. Vaughan o podía ser al revés, Vaughan en su momento recogiendo toda esa herencia. La cuarta canción es un medley de “Tell Me What I’ve Done/My Last Affair” de Howlin’ Wolf, canción en la que participa T-Model Ford y una de las 3 canciones en las que “Booba” deja muestra de su buen hacer con la armónica. La voz es una mezcla de la del Lobo Aullador y Big Jack Johnson. “Heart Broken Man” la pieza que da título al album es la segunda de más duración del disco (7:17) y tiene reminiscencias de Little Milton así como de Howlin’ Wolf ya que cuando empiza a cantarla inmediatamente surge la relación con “Cause of it all” o “Who’s been talking? que es la misma prácticamente (¿os suena…My baby caught the train, left me all alone, she knows I love her, she doin’ me wrong ”?) aunque enseguida Barnes se desmarca para darle su toque personal. A continuación “Blind Man/Pity The Fool” un blues de 8 minutos en el que los punteos y la voz de Roosevelt te marcan como una navaja. La sección de ritmo sobria en todo el disco dejando al solista que desarrolle su deseo más ardiente, grabar su único disco. “Rocking Daddy” es otra composición de Wolf y sigue en su línea grasa Mississippi pero más educada, no como la de Paul “Wine” Jones, por ejemplo. También realiza su adaptación del “Tin Pan Alley” con todo el sentimiento que es capaz de ponerle. “Baby Scratch My Back” el clásico tema del swamp blues de James Moore (Slim Harpo), lo borda. Barnes a la voz y a la armónica, el bajo y la batería, sobre todo el bateras, ellos solos para dar forma a una de las mejores interpretaciones de esta canción que he escuchado nunca. El disco va acabando con dos bonus tracks, “Louise Louise Blues” de Johnny Temple, y “No Place To Go” de Howlin’ Wolf. Con la primera escucharás su guitarra y en la segunda su tercera incursión con la armónica. ¿Qué más se puede pedir al único disco grabado por este gran bluesman casi desconocido?
Apenas poco tiempo después de ver la luz este trabajo, en 1990, “Booba” cerró el club Playboy y abandonó el delta para establecerse definitivamente en Chicago, en el Southside, donde falleció el 3 de abril de 1996 con 59 años, consecuencia de un cáncer de pulmón que le había sido diagnosticado un año antes. Poco tiempo después de moverse a Chicago, el club Playboy ardió.

Nota.- Gran parte de la información pertenece al cuadernillo del disco “Heart Broken Man” escrito por Jim O’Neal.